Tras intensas jornadas de debate, la comisión de Constitución del Senado ha decidido dar un paso crucial al despachar la reforma al sistema político hacia la sala de la Cámara Alta. Una medida que, en el papel, podría traer novedades significativas para la política chilena.
En la sesión, se abordaron múltiples aspectos, destacando la participación de representantes del Ministerio del Interior, quienes aportaron al análisis sobre la norma transitoria que establecerá un umbral de elegibilidad en las elecciones parlamentarias de 2025. Esta nueva norma estipula que solo los partidos políticos que logren un mínimo del 4% de los votos válidamente emitidos a nivel nacional, o que consigan al menos cuatro escaños, podrán ostentar representación en la Cámara de Diputados.
Además, el proyecto incluye sanciones interesantes: si un parlamentario decide renunciar al partido que lo eligió, perderá automáticamente su escaño. Una medida que busca, claramente, establecer un sentido de lealtad en un contexto donde las deserciones son pan de cada día.
Ahora, la reforma se dirige hacia el seno del Senado, donde será discutida y votada en particular. La pregunta queda en el aire: ¿será esta reforma realmente un avance hacia una política más estable y representativa, o solo una jugada más en el juego del poder entre los partidos?