La reciente salida de Isabel Allende del Senado ha desencadenado una polémica interna en el Partido Socialista (PS). En un giro inesperado, la colectividad decidió no respaldar la nominación del diputado Tomás de Rementería como reemplazo de Allende, lo que ha causado una profunda preocupación en la exsenadora.
Allende, quien hizo su anuncio durante su último día en el cargo, expresó su descontento señalando que la decisión de excluir a De Rementería, que había sido consensuada con la presidenta del PS, Paulina Vodanovic, y la mesa directiva saliente, es algo “grave”.
“Vengo a informar que hoy, en el cese de mi función como senadora, he tomado conocimiento de la decisión del Partido Socialista de contravenir el acuerdo alcanzado respecto al reemplazo de la senaturía”, comunicó Allende, subrayando el respaldo que De Rementería tenía en la región de Valparaíso.
La polémica no solo radica en la elección de su sucesor, sino también en la implicación simbólica que representa. De Rementería, conocido por su cercanía al legado de Salvador Allende, ha visto cómo su postulación fue desestimada, en parte, por el hecho de que su pareja, Karol Carola, también legisladora, se postulará por el Partido Comunista al mismo escaño.
Este dilema ha puesto en jaque las estrategias internas del PS, evidenciando una falta de coordinación que podría tener repercusiones más serias en la cohesión del bloque oficialista. Mientras tanto, se espera que la comisión política del partido se reúna para analizar el asunto y buscar una solución.