“Esta noche, los habitantes de Wisconsin se pusieron de pie y dijeron en voz alta que la justicia no tiene precio: nuestros tribunales no están a la venta”. Con esas palabras, publicadas en su cuenta de X, la magistrada Susan Crawford celebró su victoria electoral, que la convirtió en nueva jueza de la Corte Suprema de Wisconsin y selló uno de los reveses más duros que ha sufrido Elon Musk en el ámbito político-judicial.
Apoyada por figuras del Partido Demócrata como el expresidente Barack Obama, Crawford logró imponerse en una de las contiendas judiciales más costosas en la historia de Estados Unidos, superando al conservador Brad Schimel con un 54% de los votos frente a un 45%, cuando ya se había escrutado el 91% del total.
La elección, lejos de ser un simple trámite judicial, se transformó en una batalla estratégica por el control de la Corte Suprema de un estado clave. Wisconsin, considerado un “estado bisagra”, podría jugar un rol central en decisiones que van desde derechos reproductivos hasta normas electorales en los próximos años. Con la victoria de Crawford, los liberales mantienen su ajustada mayoría 4-3 en el tribunal.
El multimillonario Elon Musk, alineado con la campaña de Schimel y el Partido Republicano, no escatimó recursos para influir en el resultado. A través de su comité de acción política, America PAC, destinó más de 25 millones de dólares al esfuerzo conservador, organizó actos, y llegó incluso a entregar cheques de un millón de dólares a dos votantes durante un mitin en Green Bay.
La promesa de pagar 20 dólares por cada votante reclutado en favor de Schimel también levantó polémicas, en una estrategia que fue duramente criticada desde la vereda opuesta. La campaña de Crawford hizo eje precisamente en el rol que Musk jugó en la contienda, acusándolo de intentar comprar el sistema judicial y de impulsar políticas regresivas desde su cargo en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un organismo creado bajo la administración de Trump que ha sido cuestionado por despidos masivos y recortes de programas sociales.
La elección movilizó a votantes y financistas como nunca antes. Según CBS News, el gasto total en la campaña podría haber superado los 100 millones de dólares, marcando un récord absoluto en elecciones de este tipo.
Con Crawford ya instalada en la Corte, Wisconsin se prepara para un período clave donde la agenda progresista buscará afianzarse mientras los conservadores analizan cómo reconfigurar su estrategia tras el traspié de Musk.