Una semana después de las elecciones internas del Partido Socialista, la senadora Paulina Vodanovic salió victoriosa con un total de 5.866 votos. Sin embargo, el verdadero espectáculo se centra en quién tomará la secretaria general, actualmente encabezada por Camilo Escalona. El dilema se agrava tras la segunda posición obtenida por Escalona, que dependerá de los 110 miembros del comité central para su ratificación.
La situación se complica aún más con la aparición de Arturo Barrios, actual vicepresidente, que tiene ambiciones de convertirse en secretario general. Mientras tanto, el Tribunal Supremo del partido enfrenta 14 reclamaciones de candidaturas, lo que intensifica la incertidumbre en torno a los próximos pasos en la colectividad socialista.
Tal como indican las cifras preliminares de los 30 miembros electos, el escenario muestra que 10 pertenecen al sector Tercerismo de Vodanovic, mientras que tanto Grandes Alamedas como Nueva Izquierda están empatados con siete dirigentes cada uno. Todo está en el aire: la definición de los 80 electos en las regiones y la resolución de las reclamaciones son objeto de alimentación del suspenso.
Las expectativas son ambiguas, con datos que sugieren que tanto Grandes Alamedas como Nueva Izquierda podrían tener entre 20 y 30 representantes electos. Sin embargo, dirigentes del PS mantienen que la historia ha demostrado que los miembros del comité, una vez elegidos, pueden desvincularse de sus grupos originales, alterando el equilibrio de poder.
En este contexto, Camilo Escalona se aferra a su posición argumentando su segundo lugar en las votaciones. No obstante, se recuerda que la tradición del partido indica que quien tenga mayor representación en el comité central debe ser el elegido para el cargo. Se anticipan intensas negociaciones y posibles nuevas alianzas antes del próximo pleno del comité que definirán el destino de Escalona y Barrios.