El Consejo Fiscal Autónomo (CFA) ha lanzado una alarmante advertencia en su informe trimestral: el presupuesto del Estado chileno deberá ajustarse en nada menos que 5.950 millones de dólares entre 2026 y 2029 para cumplir con las metas de balance estructural. Según el órgano, “los gastos ya comprometidos superan los niveles compatibles con las metas de Balance Estructural (BE)”, haciendo inminente una reducción del 1,6% del PIB.
Las perspectivas del CFA no son alentadoras. El informe menciona que la situación fiscal se complica con posibles incumplimientos en las metas de BE y un futuro encarecimiento del financiamiento. Además, se añaden riesgos como efectos cambiarios en la deuda y una subestimación de la inversión pública que podrían agravar aún más la situación.
El organismo ya había manifestado su descontento previamente, indicando que las metas fiscales del 2024 están comprometidas, un eco que se percibe también para el 2025, lo que agrava las preocupaciones sobre la estabilidad económica nacional.
Ante este sombrío panorama, el CFA ha instado al Gobierno a tomar medidas de mitigación de inmediato, sugiriendo recortes de 1.500 millones de dólares para este año y el diseño de un plan de ajuste que se presentará en abril. La meta de BE fijada por el Ministerio de Hacienda es de -1,1% del PIB, una asignación que parece más ambiciosa que realista si se consideran los factores actuales.
Este informe no solo resalta la urgencia de acciones en 2025, sino que también aborda una persistente crisis fiscal que, de no ser tratada adecuadamente, puede poner en jaque el futuro económico del país.