El último domingo, el diputado y precandidato presidencial del Partido Nacional Libertario, Johannes Kaiser, ha lanzado una propuesta que ha hecho temblar los cimientos de la sociedad chilena. Sostuvo que aprobaría un indulto para los uniformados condenados por violaciones de derechos humanos, tanto durante la dictadura militar como en el estallido social de 2019. En una entrevista en Mesa Central de Canal 13, Kaiser declaró: “Yo voy a indultar a los uniformados que han sido condenados en razón de cumplir su deber el 18/10”.
Pero no se detuvo ahí; también cuestionó la validez de las condenas, incluyendo el caso de Miguel Krassnoff, quien ha acumulado más de mil años de cárcel por crímenes de lesa humanidad. Kaiser, en un intento por desacreditar el sistema judicial, insinuó que las sentencias no habían sido emitidas de acuerdo al derecho: “Usted no me venga a contar que aquellas personas que están condenadas fueron condenadas conforme a derecho”.
La propuesta de Kaiser se enmarca en un contexto político donde la impunidad parece ser un tema recurrente. Insiste en que el caso del 73 debería cerrarse, sugiriendo que el país debería adoptar una ley de amnistía. Sin embargo, esta visión sugiere una falta de respeto por las víctimas y una insensibilidad ante el dolor sufrido por miles de chilenos.
¿Puede un país que busca sanar sus heridas dar cabida a propuestas que promueven la impunidad? La retórica de Kaiser plantea un dilema moral que desafía el compromiso de Chile con los derechos humanos y la justicia.