Con una abrumadora mayoría, este martes la Sala del Senado dio luz verde al proyecto para erigir un monumento en honor al expresidente Sebastián Piñera en la Plaza de la Constitución. Este controversial paso fue impulsado por un grupo diverso de senadores, pero no sin un amplio debate que resalta las profundas divisiones políticas en el país.
La moción, que obtuvo 25 votos a favor y solo cinco en contra, refleja no solo la gestión de Piñera, sino también la polarización social que persiste. Los defensores del monumento elogian su papel en la reconstrucción tras el terremoto de 2010, mientras que los detractores critican su legado en términos de derechos humanos, especialmente durante el estallido social.
Con esta decisión, el Senado ha abierto un nuevo capítulo en la reescritura de la historia reciente chilena, dejando claro que la memoria y los monumentos siguen siendo un campo de batalla ideológico.