La reciente revelación de que más de 1,2 millones de dosis de vacunas contra la influenza fueron desechadas en 2024 ha desatado un torbellino de críticas al interior del Congreso chileno. Con un costo aproximado de $2.639 millones, la subsecretaria de Salud Pública, Andrea Albagli, se encuentra en la mira de los parlamentarios, quienes no escatiman en demandas de renuncia y explicaciones.
En una conversación reciente, Albagli justificó la situación, argumentando que en las campañas de vacunación es habitual enfrentar pérdidas. “Cuando estamos hablando de medicamentos y vacunas, es normal que ocurran mermas”, defendió. Sin embargo, la reacción de los diputados fue feroz. Daniel Lilayu, de la UDI, fue directo: “Es ella quien debe asumir las responsabilidades políticas y administrativas, incluso poner su cargo a disposición”.
Las críticas no se limitaron a la oposición. Ana María Gazmuri, del oficialismo, coincidió en la necesidad de un informe claro y preciso, enfatizando que no es la primera vez que Albagli enfrenta acusaciones por su gestión. El Ministerio de Salud, sin embargo, intenta mitigar la crisis comunicando que este año se alcanzó un récord histórico en la vacunación, con más de 8,3 millones de dosis administradas.
A pesar de estas cifras, el desasosiego persiste. Con un ojo en las muertes ocasionadas por la influenza el año pasado, el pedido de disculpas por parte de Albagli se hace eco en cada rincón del Congreso. ¿Será suficiente la respuesta del Gobierno o estamos ante un descalabro sanitario?