En octubre del año pasado, el gobierno chileno presentó en la Cámara de Diputados un proyecto ambicioso: eliminar las preexistencias en el sistema de isapres. Este es un compromiso que surge de la necesidad de hacer más inclusivo el sistema de salud. Sin embargo, el camino no ha sido sencillo y el debate se ha entrampado rápidamente.
El corazón del proyecto es claro: las aseguradoras deben ofrecer un plan de salud común, sin discriminar por edad, sexo o condiciones preexistentes. Este último punto es crucial, ya que implica que cualquier enfermedad o condición de salud diagnósticada antes de la firma del contrato ya no podrá ser usada como excusa para negar cobertura. Sin embargo, para que esto funcione, se necesita un mecanismo que permita equilibrar el riesgo entre las aseguradoras.
A pesar de las propuestas del gobierno y de algunos parlamentarios, como el diputado Tomás Lagomarsino que planteó un fondo de compensación de riesgos, ambas indicaciones fueron rechazadas en la Comisión de Salud. Un claro reflejo de lo complicado que será avanzar con esta reforma.
Carolina Velasco, una experta en la materia, subraya la importancia de contar con mecanismos que distribuyan los recursos entre las isapres. Esto es fundamental para que ninguna aseguradora tenga excusas para evitar atender a pacientes con mayores necesidades. La eliminación de las preexistencias llega a parecer un anhelo idealista si no se acompañan de las soluciones adecuadas.
Fernando Araos, exsubsecretario de Redes Asistenciales, señala que el rechazo al reaseguro representa un retroceso significativo, pues elimina una herramienta clave para evitar la selección de afiliados sanos. La preocupación se intensifica cuando se escucha a la diputada Ana María Gazmuri, quien advierte que insistir en el reaseguro solo beneficiaría a las isapres, en lugar de crear un sistema más equitativo.
La presidenta de la comisión, Helia Molina, enfatiza que el reaseguro es indispensable para eliminar las restricciones por preexistencias. Con la advertencia de que, si no se actúa pronto, las implicaciones en los bolsillos de los afiliados pueden ser severas, queda claro que el proyecto aún tiene muchas piedras en el camino.