La situación en alta mar se complica para la empresa Blumar, dueña del barco pesquero Cobra, tras reconocer que podría haber impactado la lancha Bruma, cuya tripulación ha desaparecido desde el naufragio ocurrido la madrugada del 30 de marzo frente a las costas de Coronel.
En una conferencia de prensa, el abogado de la tripulación del Cobra, Alejandro Espinoza, proporcionó nuevos detalles sobre la investigación, incluyendo un informe de la empresa Cunlogan, especializada en revisión satelital. Este informe reveló que la última señal emitida por el Bruma fue a las 02:00 AM, pero una nueva medición mostró que a las 3:09 AM se envió una señal adicional, justo antes de que no se registrara más actividad, lo que sugiere que el accidente ocurrió entre esas horas.
Espinoza enfatizó que, aunque no hay certezas absolutas, la presunción de un impacto entre las embarcaciones está más que justificada. El Cobra, según los registros, se encontraba a solo 72 metros de la última posición del Bruma a las 02:00 AM, pasando por este punto a las 3:07 AM. Sin embargo, el abogado fue claro en que si se ratifica la colisión, no necesariamente implicará una responsabilidad automática de la tripulación del Cobra.
Desde Blumar, la incógnita persiste: ¿cómo pudo el Bruma permanecer fondeado durante más de 12 horas en una zona de alto tráfico sin informar a la autoridad marítima? ¿Por qué las embarcaciones cercanas no detectaron su presencia? Estas preguntas son cruciales y la empresa exige que la investigación explore también la falta de acción del vigía del Bruma, quien debió haber visto las luces del Cobra desde mucho antes del cruce.
En este juego de responsabilidades en alta mar, queda claro que se deben aclarar todos los puntos de la navegación antes de llegar a un veredicto final. El futuro de las investigaciones dependerá de la capacidad de las autoridades para analizar la data técnica y el accionar de las tripulaciones involucradas.