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Las Zonas Rojas del Transporte Público en Santiago: Un Viaje a la Violencia

Un conductor casi pierde la vista tras ser agredido, otro fue secuestrado y obligado a consumir alcohol y drogas mientras manejaba, y una broma de Halloween casi provoca un accidente fatal. Estos son solo algunos de los 131 casos de violencia que documenta una investigación sobre el transporte público en Santiago de Chile.

Gastón, un valiente conductor de buses de Red Movilidad, vivió una pesadilla cuando un pasajero en estado de ebriedad trató de forzar su ruta, desencadenando una brutal golpiza. Tras dos cirugías y un año de rehabilitación, su deseo es claro: que ningún colega vuelva a sufrir lo mismo. Pero la realidad es sombría. En el último trienio, reportes indican asaltos, secuestros y ataques incendiarios que continúan aterrorizando a conductores y usuarios.

La exministra del Interior, Carolina Tohá, planteó recientemente incorporar militares al despliegue de seguridad en zonas críticas, pero hasta la fecha, la realidad sigue siendo la misma. En una encuesta realizada a 1.820 conductores, el 64% evidenció graves problemas de seguridad en su labor diaria. Las ubicaciones peligrosas son claras: sectores como Avenida Santa Rosa y Estación Central se destacan en un mapa que ilustra los puntos de mayor violencia.

Durante las manifestaciones de 2022, se registraron múltiples incendios de buses, y los secuestros no son una rareza. Pablo, también conductor de Red Movilidad, vivió una experiencia terrorífica cuando hinchas en estado de ebriedad le exigieron cambiar la ruta de su bus. Mientras los secuestradores consumían drogas, él estuvo a merced de la situación sin poder hacer nada.

La realidad de los trabajadores del transporte es preocupante. Con evidencias de violencia diaria y escasa intervención por parte de las autoridades, los conductores enfrentan un ciclo de sufrimiento que parece no tener fin. Los altos niveles de multas a las empresas de transporte por no resguardar adecuadamente a sus trabajadores son solo un atisbo de la desidia institucional frente a estas problemáticas.